Un estudiante que regresa con la meta de hacer crecer su carrera actual, una madre ama de casa que busca ampliar sus horizontes, un graduado de preparatoria de primera generación que trabaja para costear sus estudios universitarios: estos son algunos de los estudiantes de Palomar que, sin duda, se beneficiarían de los amplios servicios de apoyo que ofrece la institución. Sin embargo, la dura realidad es que los horarios actuales muchas veces no les dan la opción de utilizarlos.
Palomar es conocido por cerrar temprano sus servicios en el campus, ya sea por diseño o por falta de personal constante.
Según el sitio web de Palomar para el campus de San Marcos, la oficina de consejería y el Centro de Recursos para Discapacidades solo están abiertos de lunes a jueves hasta las 5 p.m. y los viernes hasta las 2 p.m. Los Servicios de Salud cierran aún más temprano los lunes y jueves, a las 4:30 p.m.
Los estudiantes que necesitan comprar libros de texto o comer en el campus por la tarde tampoco tienen suerte.
La librería solo está abierta hasta las 5 p.m. de lunes a jueves y hasta la 1 p.m. los viernes. Los dos lugares que ofrecen comida, la Coffee Station y el Food Court, cierran a las 2 p.m. y 4 p.m. de lunes a jueves, respectivamente, y ambos permanecen cerrados los viernes.
Aún más preocupante es que la oficina de Vida Estudiantil y Liderazgo solo está abierta de lunes a jueves hasta las 3 p.m. y cerrada los viernes. Entre los servicios que dependen de esta oficina están el Centro de Acceso y Participación y el Centro de Alimentación y Nutrición.
Según my.Palomar, este semestre el campus de San Marcos tiene 160 clases que comienzan a las 5 p.m. o más tarde. Esas clases tienen entre 20 y 42 estudiantes, lo que significa que potencialmente cientos de estudiantes no tienen acceso a casi ninguno de los servicios ofrecidos.
Además, muchos de estos estudiantes están inscritos en clases nocturnas porque no pueden asistir a clases más temprano en el día por diversas razones. Es fácil decir que pueden buscar tiempo en otro día, pero para algunos simplemente no es una opción.
Tomemos como ejemplo a un estudiante que trabaja de 9 a 5 de lunes a viernes. Para que este estudiante pueda acceder a los servicios en el campus, incluyendo la consejería académica, tendría que pedir permiso en su trabajo para acudir en el horario de atención.
Los estudiantes que ya tienen dificultades para equilibrar el trabajo diurno o el cuidado de los hijos con sus estudios nocturnos son especialmente vulnerables y necesitan apoyo constante para tener éxito. Y deberían poder recibir ese apoyo sin tener que sacrificar tiempo de trabajo.
También hay que notar que ninguno de estos servicios está disponible los fines de semana, lo que podría ayudar a aliviar el problema al menos un poco.
Recibir apoyo en salud mental, orientación académica o recursos del banco de alimentos no debería ser un sacrificio para los estudiantes que no pueden estar en el campus más temprano.
No es un secreto que Palomar tiene un problema de personal. Tanto empleados clasificados y personal dejaron en claro la necesidad de más personal en una reunión de la junta directiva que fue cubierta por el Telescopio el año pasado. De acuerdo con la reunión más reciente del 4 de febrero, se han hecho algunos avances en la contratación, pero no son suficientes.
Durante la discusión sobre el campus de Fallbrook en esa reunión, la presidenta Star Rivera-Lacey señaló que los servicios en el campus son fundamentales para mantener la inscripción de los estudiantes y el éxito de la universidad. Lo mismo aplica para el campus principal en San Marcos y para los aún menos apoyados campus satélite en Escondido y Rancho Bernardo.
Existen muchas soluciones para este problema y, aunque creo que debería haber horarios nocturnos diarios y oficinas abiertas al menos un día del fin de semana, el mínimo indispensable sería extender el horario de atención una noche a la semana. Palomar tiene la responsabilidad de apoyar a todos sus estudiantes, no solo a los que pueden estar en el campus de 8 a 5.
De lo contrario, el mensaje que están enviando es claro: los estudiantes nocturnos no son tan importantes.